sábado, 7 de mayo de 2011

Tradiciones de El cercado. Costumbrismo.


COSTUMBRISMO.
PERSONAJES PINTORESCOS DE EL VIEJO CERCADO :
Machoelena:
Así le llamaban a un caballero de enjuta figura, de baja estatura, y piernas arqueadas, que con solo mirarlo, provocaba la risa. Le acompañaba permanentemente un instrumento musical de su invención, que consistía en una raíz retorcida de un árbol, de unos veinticinco centímetros de largo con un pedazo de goma colocado en uno de sus extremos, a través de la cual, había colocado tapas de botellas aplanadas y perforadas en su centro, y que al mover la goma, producían un sonido parecido al del pandero. Con este instrumento, se acompañaba, mientras cantaba sus coplas, casi siempre alusivas a las penurias del centenario, las cuales terminaba con la siguiente expresión:”!!debarbojalo Debadin!!”. Todos los días de fiesta desde temprano, aparecía Machoelena, en su mula ataviada con una hermosa silla de montar, vestido con su impecable traje blanco de Sharquin y su negra corbata y penetraba en cada hogar en el que se libaba ron, para con su singular instrumento y sus canciones “de su inspiración”, poner a disfrutar a la concurrencia.

Fermín Goya.
Nativo Del municipio, que junto a su hermano Francés, constituían el dúo engendrado por la vieja mas MALAPALABROSA, de El Cercado, la Vieja Goya. Este, poseía una muy buena voz, con la particularidad, de que también era compositor y poeta; he aquí una de sus poesías más aclamadas:
Quisiera ser……….
El dulce amanecer de tu bigarria
El trapo limosnero que recoge la sustancia d tu…
Muy famosa fue su canción “El dulcito de batata”, que decía así:
Oye Nena
No olvides a tu Neno
Por un minimo
Dulcito de batata.
Pero nena no olvides a tu papi
Por un minimo dulcito de batata.

Esa carta que tu a mi me e’crebite
Y que yo, no he contetado tampoco
Es una carta….
Otra cualidad, que poseía este singular personaje, era su capacidad de atragantarse cualquier cosa que se comiera o bebiera:
_Una vez se tomo sin despegárselo de la boca, una botella de “Palo Viejo”, y cuando termino de libar la última gota, cayó al suelo como un mango. Pudo levantarse, después de varias latas de agua que le permitieron recuperar el sentido.
_Estando en el mercado público, se comió cincuenta paletas de helado y se le friso, la barriga, por lo que hubo de darle a tomar y colocarle compresas de agua caliente para desfrisarlo.
_Se zampo sin decir aquí me duele, un racimo de guineos maduros.
_Se comió sin mayores consecuencias cien dulces de coco.

Nio
.
Procedente de La Culebra, compositor y cantor, ñoco, cojo, bizco y que además le daba la taranta (ataque de epilepsia), pero en que en el mercado alegraba el ambiente con sus versos y canciones populares, recordamos uno que decía así:
(Verso)
No hay animal como el chivo
Para jugar al florete
Pues por más que brinque la chiva
Salta el chivo y se lo m…..
(Estribillo)
Chivo fodete
Paque binguete
Que viene…que viene el chivo
Y se lo m…..


Mañan:

Así le decían a un personaje de apellido Vallejo, que como su mote lo indica, tenía la cualidad del eterno inconforme; así cuentan, que cuando Gerónimo Mora, cuñado del aludido, le daba su café mañanero, este se colocaba detrás de la cocina y murmuraba para que todos le oyeran:
_”ahora Gerónimo se cree que yo estoy berticuloso, me da su cafecito en un jarrito prieto…frio y chin. A que lo boto…………..A que lo boto…….y lo bote coño.”. mentira, el buen farsante no tiraba el cafe.Cuentan que encontrándose en la casa de Ceferina Encarnación, sito en la calle Santome #18, esta le ofreció un plato de sancocho que acababa de cocinar (tenía esta señora el don de cocinar enormes pailas de comida a pesar de tener una familia muy corta, para darle un plato a todo el que por allí se apareciera, sea su familia o no), Mañan, tomo su plato y se fue a sentar sobre un pilón, detrás de la cocina e inmediatamente, comenzó a rebuscar la carne dentro del sancocho; pero para su desgracia, ese día no le toco, por lo que se dirigió de nuevo donde Ceferina y gagueando le dijo:
_Ce.. Ce ..Ceferina pero el sancocho no tiene carne.
-Ahhh no tiene carne su sancocho Mañan? , pues présteme el plato.
Sin meditarlo siquiera, ésta vacio su contenido en la paila y siguió comiendo tranquilamente.
Después de esperar un rato y ver que Ceferina no le llamaba, Mañan, se acerco y le pregunto:
_ ¿ Ce..Ce..Ceferina y donde esta mi sancocho?
Ella riposto de inmediato:
_No era carne lo que usted quería Mañan? ……Pues cómase el g…….
Martin brinquito.
Tenía este singular personaje, la costumbre de visitar a la hora de la comida cualquier casa que encontrara en su camino, pero si le brindaban que comer, exigía como si la hubiese estado comprando, que el plato se lo llenen hasta arriba; de ahí, que los muchachos lo asediaban vociferándole….Martin brinquito plato con colmo!!. En segundos estaban las piedras zumbando por doquier, y los muchachos poniendo pie en polvorosa.

Blusa y Cambú.
Estos pintorescos personajes, toda su vida arrancados, sin un céntimo encima, deambulaban por las calles del pueblo, mendigando siempre un centavo; y como los jóvenes desde que los veían sabían lo que les iban a decir, se adelantaban y les pedían ellos el chele, si el desafortunado era Blusa, este volteando los bolsillos de su pantalones, contestaba: Yo estoy como Cambú, y si le tocaba a esta otra respondía: Yo estoy como Blusa.
Esas dos expresiones, se quedaron prendidas en el argot popular, significando ambas, que el aludido, no tiene….. ni con que caerse muerto.

Bijó.
Era una loca simpática y habladora, que a todos respondía cuando se le llamaba………….pela pal tronco maldito.
Entretenimientos de la época.
(decada del cincuenta)


Las emisoras de más audiencia aunque sancionadas por el régimen de Trujillo, eran CMQ Radio y Radio Progreso ambas de Cuba, que se escuchaban perfectamente. A partir de las seis de la tarde, hora en que se encendía la planta eléctrica del pueblo, se transmitían las radio novelas “Leonardo Moncada”, “El Capitán Espada el temerario del mar”, “Raffles el ladrón de las manos de seda”, “Crimen en el barrio chino” etc. Las pocas casas que poseían un radio (recuerdo el de mi hogar marca Loewe Opta), eran invadidas por el vecindario, para escuchar las apasionadas radio novelas hasta las diez de la noche.
La televisión, a pesar de los infinitos intentos que realizo Sucre Héctor González (Nene), colocando en su residencia antenas de todo tipo y tamaño, nunca pudo lograr captar la tan anhelada imagen . Pudo lograrse luego que Radio Television Dominicana, colocara una antena de relevo a finales de la década del ochenta.
El otro entretenimiento al que acudía mucho público, era al cine Miriam, localizado en la calle 27 de Febrero esquina Duarte, propiedad de Don José Yunes Soto. Posteriormente se construyo allí el cine Collins, y a la fecha funciona la iglesia evangélica “Cristo La Senda
Las películas se anunciaban con un parlante (la campana de un viejo bombardino), recorriendo el encargado de tal oficio, con un tropel de muchachos detrás, todas las calles del pueblo anunciando
:……….Esta noche el cine Miriam les presentara la película Un gallo en corral ajeno, con Jorge Negrete. Precios Damas y Caballeros quince Centavos; niños diez centavos…………………..y lleguen temprano para que encuentren asiento!!!Conseguir diez centavos no era una tarea fácil, así que los desafortunados tenían que esperar que Don José Yunes, si ese día le rendía culto a Baco, llegara al cine y después de comenzada la película “los metiera a todos de gratis”. ¡Qué tiempos aquellos……!señora
Con la inauguración en el año 1957 del Cine Sarah, de Alejandro Arbaje Abdanur, se sustituyo por cartelones en dos esquinas del pueblo, esta forma tan peculiar de anunciar las películas. Luego existieron los cines de Darío Pimentel, maestro de música de origen banilejo, que residió por más de cuarenta años en el municipio y formo allí una larga familia, y el cine Parroquial de los sacerdotes Jesuitas Españoles. La llegada del tele cable en la década del noventa, ha dejado a El Cercado al día de hoy, sin cines; lo mismo ha acontecido, en la mayoría de los pueblos del país.
Los niños, tenían como pasatiempos preferidos, el deslizamiento en yaguas y yaguaciles, desde los promontorios de pajas de café, que se acumulaban en la factoría de José Yunes Soto en la calle Caonabo, y en la fuerte pendiente del cerrito de Jarro sucio; la caza de aves con tira piedras; la construcción de carros construidos con cajas de arenque o bacalao, con ruedas de madera o javilla, los sancochos de trompos, el vuelo de chichiguas en el Cerrito; el juego de losas (canicas) y carreteles así como los interminables baños en el rio Vallejuelo, en los charcos El Pegao, La Peña, Guibia, El Tocón, cuyas frías aguas, obligaban que los bañistas se dejaran acariciar por la tibieza de los rayos solares, para poder prolongar su estadía en el rio, lo cual producía según las madres “tabardillo” (Tifus).
Las niñas, jugaban con muñecas de trapo, generalmente confeccionadas por sus madres con retazos de tela recogidos en las casas de las costureras así como los juegos de ronda en aquellas bucólicas noches de luna llena, en donde hacían un circulo tomadas de las manos, con una de ellas colocada en el centro y girando acompasadamente, entonaban la siguiente canción:
Estaba la pájara pinta
Sentada en su verde limón
Con el pico recoge la rama
Y de la rama coge la flor.
Ay Ay Ay…. Pero que dolor
Que me duele el corazón
Da la media vuelta
Da la vuelta entera
Híncate de rodillas
Y besa la que quieras.
La niña del centro, seleccionaba una de las que formaban la ronda y de rodillas frente a ella, respondía de la siguiente manera:
Me arrodillo al pie de esta amante
Con tanto con tanto fervor
Dame una mano
Dame la otra
Dame un besito
Que sea de tu boca.
Dado el beso, la seleccionada entraba al centro y se repetía una y otra vez, según el numero de niñas que participaban en el juego.
Otro juego muy popular en las niñas, era el Dividividon, este consistía, en que dos niñas tomadas de ambas manos, formaban un arco, mientras las demás se ubicaban en una fila frente al arco, y se entablaba un dialogo cantado entre las de la fila, y las que formaban el arco, de la siguiente manera:
_
Dividividon por donde sale el sol.
_Dividividon por la puerta El Conde.
_Dividividon déjeme pasar.
_Dividividon la puerta está rota.
_Dividividon mándela a arreglar.
Dividividon no tengo dinero.
Dividividon de que es el dinero.
Dividividon cascarilla e’huevos.
Se simulaba el pago de derecho a cruzar y la fila corría a través del arco atrapando las arqueras, a la última de la fila mientras alegremente cantaban así:
Que pasen las señoritas
Cuidado con la de atrás
Que tiene las orejitas
Igual que un alcatraz
Traz….traz….traz.
En forma alternada, las atrapadas en el arco, se colocaban detrás de las arqueras, hasta que al final del juego se formaban dos equipos que entablaban una lucha de fuerza, halando ambos en sentido diametralmente opuestos, hasta que uno de los equipos al caer, quedaba eliminado. Ahí se finalizaba el juego.
Otros juegos eran el juego del Escondido, la alcantarita, Guataco tabaco, María Cuchivido, la esquinita, marido y mujer, manos calientes.
Costumbrismo y tradiciones:

La casa y sus ajuares.

A mediados del siglo veinte, la mayoría de las viviendas del municipio, estaban construidas de tablas de palma y techadas de yagua, con piso de tierra, careciendo además, de doble entable (Tablas por dentro), razón por lo cual, era necesario para poder soportar las bajas temperaturas de invierno que llegaron a descender hasta cero grados centígrados, cubrir los huecos que dejaban los solapes de las tablas con arcillas humedecidas y amasadas que la gente llamaba “entre junta”.
El piso de tierra, se apisonaba, utilizando cenizas del fogón, y se mantenía limpio y fresco, rociándole agua varias veces al día barriéndolo con escobas de ramas; de frutas de palma o las excelentes escobas que fabricaba el laborioso, Manue Pajita (Quija e’bambam come mondongo si se lo dan), Haitiano que residió toda su vida en El Cercado, quien junto a Salome, su mujer, también fabricaba casabe en un burén que tenían en la casa, amén de que era el mejor de los empajilladores de sillas de toda la comarca y fabricante de sombreros de cana que denominaban “pavas”.
Los muebles de la sala en la mayoría de las casas, eran los llamados “muebles de palito”; de tres piezas, que año tras año, había que pintar con pintura de aceite para poder conservar la madera.
El comedor, al lado de la sala, era el portador de la “tinaja”; envase de barro, utilizado para conservar el agua fresca, que lucia semi enterrada en una esquina, o simplemente un higüero montado sobre una mesita encajado en un hueco practicado en su centro, con el “sacador de agua” colgando de un clavo, que consistía en un jarro de bordes dentados y filosos, para evitar que el que fuera a tomar agua, lo hiciera con tal envase, y que además poseía un mango de metal, de unos treinta centímetros, para poder extraer el agua de la tinaja o higüero. Los jarros para beber, se colgaban en colgadores de madera, tipo acordeón de fabricación local, que se ubicaban en las paredes más próximas.
En el centro del comedor, se ubicaba la mesa generalmente de pino, rodeada de sillas construidas con cualquier tipo de madera y “empajilladas” con guano de palma.
En otra esquina, se localizaba el “aguamanil”, (sustituido posteriormente por el lavamanos), que consistía en una mesa similar a la del higüero, en cuyo centro se colocaba una platina, y al lado o debajo, una jarra llena de agua para lavarse las manos antes y después de las comidas. A su lado la mesita de madera, que servía para escurrir y guardar de platos.
Pocas familias, gozaban el privilegio de poseer una nevera de gas que para la época ya existían, pues aparte de que eran muy costosas, la gente no tenía el habito ni el dinero para comprar carnes o vegetales para guardar; así que ésta realmente no desempeñaba una gran función en los hogares que la poseían.
Cuando en la familia se sacrificaba un animal para consumo de la casa, la carne se salaba, y se secaba al sol. Ya seca, podía durar varios días antes de que pueda llegar a un estado de putrefacción, en virtud, de que las bajas temperaturas que se registraban, permitía su conservación sin mayores inconvenientes.
En el mercado público, localizado en el “Ensanche Duarte”, ( en donde su localiza hoy el Juzgado de paz), se podían adquirir los alimentos a diario, o si no, los ventorrillos (puestos de ventas de víveres y dulces localizados en las viviendas) que existían en el pueblo podían suplir las viandas a cualquier hora del día o la noche.
La siempre maltrecha cocina, separada del resto de la casa, poseía en una esquina una meseta de madera construida sobre cuatro horquetas, cubierta de arcilla, que llamaban “fogón alto”, que facilitaba el trabajo del diario cocinar con leña o carbón. Este fogón, amén de facilitar que la cocción de los alimentos se haga de pies, servía además, para evitar que el fuego se apagara, cuando caían los torrenciales aguaceros de Mayo, Septiembre y Octubre, que inundaban la frágil edificación por los cuatro costados. En muy contadas casas, esta meseta se construía de hormigón, con anafes empotrados que facilitaban aun más el trabajo de cocer los alimentos.
Una parte muy importante que se ubicaba dentro de la cocina, era el soberado (soberao), que no era más que un tramo construido de madera, que se extendía horizontalmente de esquina a esquina, adosado a una de las paredes, sobre el cual, se colocaban algunos aperos de labranza, así como los serones (árganas), sillas aparejos, esterillas, frenos que se utilizaban en los animales de carga y montura de la casa.
Eran muchas las dificultades que las familias más pobres tenían que pasar, pues hasta un simple palo de fósforo, podía ponerlos en apuros; razón por la cual en el fogón de leña, se colocaba un tronco grueso de Candelón, Bayahonda o Quiebra Hacha, que denominaban “Guarda Candela”, para conservar por varios días el fuego.
El acueducto, se construyo en el año 1967, siendo presidente Constitucional de la república el Dr. Joaquín Balaguer. Por tanto, antes de esa fecha, el agua que se utilizaba con fines domésticos, era cargada en latas o calabazos, generalmente por las muchachas de las casas, o en burro ataviados con cajones de madera.
Casi la totalidad de los habitantes del pueblo, hombres, mujeres y niños, se bañaban en el rio vallejuelo; excepto, algunas familias acomodadas, quienes poseían para el uso domestico, uno o más tanques de cincuenta y dos galones cementados por dentro e interconectados, colocados sobre una estructura de madera u hormigón, a la altura del techo de a vivienda, que llenaban de agua casi a diario, para recibir el preciado liquido por gravedad, ya sea en el baño o la cocina.
El agua generalmente se cargaba en la cabeza por mujeres, que recibían como paga desde uno hasta tres centavos por cada lata transportada.
Quizás El Cercado pudo haber superado esas dificultades desde principios de la década del cincuenta, pues cuentan que en una visita que realizo al municipio el Dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, este, le dijo a su compadre Quintín (su foto en la cabecera del articulo)a la sazón Sindico Municipal:
_Compadre: ¿Qué le parece si yo mando a construir un acueducto en este pueblo?
A lo que contesto nuestro querido munícipe:
_ ¿Para qué quiere usted construir un acueducto aquí, si el rio atraviesa el pueblo de punta a punta?
Esa nefasta respuesta, prolongo por más de diez años, la agonía del municipio para la obtención del tan preciado liquido.
La letrina, colocada en la esquina más alejada de la casa, era construida de los mismos materiales que la cocina, y algunas veces solo se colocaba como puerta o cortina, un pedazo de saco de “chan Chan”, dejando casi a la intemperie ese intimo momento del encuentro del usuario con sus intestinos. En una esquina de ella, era fácil encontrar un saco o una lata llena de tusas, o en un clavo colgando pedazos de papel de periódico, que permitían completar las necesidades fisiológicas de manera placentera, fundamentalmente, cuando para la limpieza se utilizaban las primeras.
Se esmeraban las madres, en mantener limpio, el piso y cajón del retrete por lo que frecuentemente los lavaban y desinfectaban, aplicándole al final de la limpieza, una fuerte dosis de creolina.
Para evitar que la propagación de los gases propios del lugar, se extiendan hasta invadir todo el derredor, echaban en el hoyo, esporádicamente cal viva con muy buenos resultados, pero por dos o tres días solamente.
         Las radionovelas, en la década del cincuenta, eran quizás el entretenimiento más apreciado en la época, pues en el pueblo, no se escuchaban las emisoras Dominicanas, excepto y con mucha precariedad Radio Caribe y La voz Dominicana. A través de esta última, podíamos escuchar con los oídos pegados al radito Phillips, los juegos de Basseball, así como el gran espectáculo artístico que se transmitía todos los años, la “Semana aniversario de la Voz Dominicana”.