miércoles, 9 de mayo de 2012

Pago por servicios ambientales (PSA)



BATISTA, DERRUMBADERO, LA GUAZARA, LA NAVAJA, LOS ARROYOS, ZONA DE AMORTIGUAMIENTO ESTRIBO NORTE DEL PARQUE NACIONAL SIERRA DE NEYBA.


El Parque Nacional Sierra de Neyba fue creado el 30 de septiembre de 1995 mediante decreto No. 221. Posee un área aproximada de 407 km2 y su mayor altura es el monte Neiba, con 2.279 metros sobre el nivel del mar, que se localiza en el mismo punto de división de las provincias San Juan, Bahoruco, Independencia y San Rafael. En el estribo Norte del Parque Nacional Sierra de Neyba, correspondiente a los municipios El Cercado y Hondo valle nacen los ríos: Los Baos, Vallejuelo, Caña, Sonador y Macasias , este último, se ubica más al Norte en la sección la Rancha, así, como una infinidad de arroyos de caudal permanente, afluentes de estos ríos. Gracias al clima seco estepario de sus montañas y tropical húmedo del bosque, en esta zona se puede cultivar: Café, maní, habichuelas y frutos menores.

INTRODUCCION:

                               Jutia

Además de los valles intramontanos de: El Cercado, Vallejuelo, Hondo Valle, Los Pinos del Edén y el Guayabal, también se destacan hacia el sur del parque los bosques secos y los bosques húmedos y nublados que existen dentro de este parque nacional. Dicho parque cuenta con una de las mayores reservas de caoba del pais. Dentro del Parque nacional, se localizan áreas de gran producción cafetalera, en El Guayabal, El Maniel, Juansantiago, La Guazara, sonador Los Arroyos, las cuales no han recibido los incentivos contenidos en la ley 64-00 en lo referente al pago por servicios ambientales (PSA), que establece la misma, a pesar de que ya han transcurrido más de doce años de la existencia de esta ley; aun no se ha establecido su reglamento de aplicación para establecer el monto y forma de aplicar esos incentivos.

SERVICIOS AMBIENTALES, CONCEPTO Y DESAFIOS

Los ecosistemas que conforman las zonas rurales desempeñan un importante rol en la provisión de beneficios económicos y sociales, mediante la producción de servicios ambientales, tales como la regulación y renovación del agua, la protección y conservación de la biodiversidad, la belleza escénica y recreación, y la captura o fijación de carbono. Desde el punto de vista económico los servicios ambientales son externalidades positivas generadas por actividades de producción agrícola y forestal sustentable y/o la protección y conservación de la biodiversidad y los recursos naturales. La necesidad de ampliar y hacer sostenible la provisión de servicios ambientales ha dado lugar, en diversos países, a la búsqueda e implementación de esquemas novedosos de conservación y gestión, los cuales integran simultáneamente objetivos económico-productivos, ambientales y sociales. Estos esquemas incorporan mecanismos de Pago por Servicios Ambientales como instrumentos financieros que expresan el reconocimiento de beneficios económicos asociados al mantenimiento y/o producción de tales servicios.

COSTA RICA Y LOS PSA.

Costa Rica es uno de los primeros países en el mundo que implementó un sistema de Pagos por Servicios Ambientales (PSA). El pago por servicios ambientales en Costa Rica y los fondos de agua en los Andes con participación de empresas cerveceras son algunos de los proyectos pioneros que están siendo implementados en América Latina. “Los bosques de Costa Rica no son únicamente productores de madera, sino que producen bienes y servicios que la sociedad demanda. La sociedad entonces debe pagar por ellos”. La idea básica del sistema es, que los usuarios pagan por los servicios que el bosque provee, que por ley se reconoce que los bosques dan servicios como absorber gases de efecto invernadero, proteger la biodiversidad (vital para nuevos medicamentos), asegurar los recursos hídricos y proveer belleza escénica, claves para el turismo. ¿Pero quién paga por esos servicios? Hay varias opciones. Gracias a un impuesto al consumo de hidrocarburos, cada vez que alguien pone gasolina en su auto, aporta recursos. También hay pagos voluntarios de agencias de viajes, cadenas de hoteles y aerolíneas. Cada propietario recibe actualmente unos US$64.00 por hectárea por año como compensación por PSA. Con más de 10.000 beneficiarios que antes simplemente cortaban el bosque para ganadería extensiva, el sistema ha tenido un gran impacto ecológico, social y económico. En la cumbre de Japón se anunció el aporte de US$ 50 millones para el proyecto “Por Siempre Costa Rica”, otra iniciativa de este país que busca consolidar y extender para la protección de los ecosistemas.

EL CERCADO Y LOS PSA

El Cercado, con gran parte de su territorio localizado dentro de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Sierra de Neyba, dentro de las cuales se cultiva café, guandules, cebolla, habichuelas y otros productos menores, principalmente en los lugares de Batista, Derrumbadero, Gajo de Pedro, La Guazara, La Navaja, Pinar Grande, Los Arroyos y Juan de la cruz, así, como dentro del parque mismo, en los lugares de La Sabana del Silencio, las Avispas, El Hoyazo, Los naranjitos etc, pudiera ser beneficiario de los PSA, si la voluntad política de nuestros Gobernantes así lo decidiera y si la conciencia de que somos serranos y tenemos derecho a luchar por el mejoramiento, preservación y conservación de nuestros recursos naturales, se impusiera en la mente de nuestros coterráneos y Autoridades locales. Los aserraderos como instrumentos de manejo sostenible en una sociedad con conciencia ecológica.


Alejandro Grullon


Rafael Flores Estrella hijo de Jose Luperon Flores

Fernando viyella (a la izquierda)

El año 1948 fecha en que se estableció el Aserradero San Cristóbal, marco el inicio de la explotación maderera en las áreas boscosas localizadas en los parajes indicados precedentemente; pues existía allí un bosque virgen de pinos cuyos troncos alcanzaron grosores que no podían ser abarcados por dos hombres. El propietario original de los terrenos en que se emplazo el referido aserradero, según se hace constar en certificación registrada en el Ayuntamiento Municipal de fecha 13 de Noviembre del 1945,expedida por el Sr. Evangelista Hernández en su calidad de Juez Comunal, en fecha 7 del mismo mes y año ,lo era el Sr. Quintín Montero De Oleo. Mediante ese acto, se certificaba a su vez, la venta de los terrenos en cuestión (unas 60,000 tareas), al comerciante Capitaleño Arístides Roubiou Hijo .El adquiriente, quien no tenía vocación de aserrador, le vendió sus derechos a los Señores: Ing. José Luperon Flores, Alejandro Grullon (Banco Popular Dominicano), y el Sr. Fernando Viyella (Fertilizantes Santo Domingo), quienes iniciaron los trámites para el establecimiento de la logística de la localización de los primeros aserraderos (La Guazara, Los Naranjitos, El Hoyazo). Simultáneamente en otros terrenos localizados hacia el oeste del rio Sonador, el Ing. Belarminio Gómez (Bin), iniciaba labores para la explotación maderera en dicha sierra hasta la frontera con Haiti. Según nos narro, un antiguo empleado del Aserradero de apellido Bisono, esta triada se rompió, al invitar el Sr. Viyella, hombre de profundas creencias religiosas, y arraigados principios morales a sus asociados a una cena en su hogar en Santo Domingo, a la cual asistió el Ing. Flores con una acompañante que no esa su esposa, lo que origino una discusión que termino allí mismo con la incipiente sociedad. Se quedo como propietario el Sr. José Luperon Flores, quien junto a su mujer Nelly Loaces, con quien procreo cinco hijos (Josefina, Elvin, Iván, Marcela y Eduardo), vivió en El Cercado hasta que el Sr. Presidente de turno Dr. Joaquín Balaguer, asediado por los “ecologistas a ultranza “que a la fecha ya comenzaban a aparecer en el país, prohibió en el año 1967, (medida cautelar solo en apariencia) la explotación maderera y produjo el cierre definitivo de los aserraderos que operaban en la zona (Aserraderos San Cristóbal). Esta medida, aunque satisfacía a los Ecologistas a ultranza, muy lejos de favorecer la preservación del bosque acelero su destrucción total, pues la permanencia de los aserraderos(cuya función en las zonas explotadas era preservarlas, hasta que el bosque por un proceso natural regenerara la materia prima de su industria), garantizaba un freno a la ampliación de las fronteras agropecuarias por campesinos ansiosos de poseer un predio agrícola, pero muy por el contrario, este abandono, genero de inmediato un proceso de tumba y quema en los bosques incipientes, que recordamos con angustia los Cercadenses que nos toco vivir aciagas e interminables noches, en las cuales veíamos nuestras montañas localizadas hacia el Sur de la población, arder como si las mismas hubiesen sido bombardeadas con napalm. Lamentablemente, ese fue el resultado de una acción gubernamental totalmente errada, pues si bien prohibieron el aserrado de pinos aprovechables económicamente a la compañía del Sr. Flores, no tomaron las previsiones de lugar, para manejar las aéreas aun no explotadas pues surgieron un sin número de aserradores, que terminaron arrasando con lo que quedaba y lo peor fue, que tampoco tomaron las medidas necesarias para preservar las matitas que surgían en el proceso de regeneración natural del bosque (las coníferas se regeneran por un proceso natural) en aquellas áreas ya explotadas, ante la mirada atónita de un pueblo ignorante y de las autoridades irresponsables actuando muchas veces en contubernio con los mismos depredadores. Necesariamente, tenemos que achacar a la actitud irresponsable del Gobierno Dominicano, la ocupación, depredación, invasión, tumba y quema del bosque de El Cercado, porque podremos aducir ignorancia del pueblo, por la pobre formación ecológica de esos tiempos, pero no del gobierno y las autoridades correspondientes ya que desde hacía más de nueve anos, existían áreas protegidas, como los Parques nacionales J. Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez ( creados en 1956 y 1958 respectivamente), lo cual implica para la fecha una conciencia ecológica estatal. Hoy en día, gracias a la creación del Parque Nacional Sierra de Neyba, a tímidas medidas de protección implementadas por el Plan Nacional Quisqueya Verde ( actualmente abandonadas), al abandono de predios agrícolas por la falta de incentivos a la producción agropecuaria así como al cambio de oficio de nuestros jóvenes campesinos, es notable el crecimiento de una faja boscosa que crece y desciende desde los límites del parque nacional, en las proximidades de la cota 1,300.00 msnm hacia el Norte en un proceso netamente de regeneración natural. Este aumento de nuestra cobertura boscosa, debe ser incentivado, con la implementación de los PSA, y con la aplicación de la Ley 64-00 en lo referente a la regulación de las actividades humanas, dentro de la zona de amortiguamiento del parque; pero no con medidas netamente restrictivas, sino acomodadas a nuestra realidad de SERRANOS, incentivando medios de producción acorde a nuestra topografía abrupta en algunas zonas, a las que deben limitarse las actividades humanas, pero de relieve suave en otras en las que podrían permitirse actividades netamente agropecuarias pero siempre tendentes a mejorar nuestra cobertura boscosa, para la preservación fundamental, del recurso agua, cada vez de mayor demanda y cada día más escaso..
Victor Montero Ogando

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